Desde hace años
La reciente investigación analizó los registros de salud de los individuos que participan en
Desde hace años
La reciente investigación analizó los registros de salud de los individuos que participan en
Un medicamento antimicótico común puede reducir el crecimiento de tumores en ratones y debe ser investigado como una forma barata y sencilla de combatir el cáncer en los seres humanos, reportaron investigadores.
Aunque no eliminaron completamente los tumores, la medicina llamada itraconazol podría impulsar los efectos de otros remedios, dijeron los investigadores en la revista Cancer Cell.
Itraconazol se comercializa bajo la marca Sporanox de Janssen Pharmaceutica, subsidiaria de Johnson & Johnson, principalmente para el tratamiento de una infección micótica llamada aspergilosis.
El medicamento afecta una cascada de efectos a través de una vía llamada Hedgehog, informaron los expertos.
Los investigadores de la Stanford University en California estaban buscando potenciales medicamentos para el cáncer. Sabían que la vía Hedgehog estaba involucrada en el desarrollo de la enfermedad, así que analizaron medicamentos que interfirieran con ella.
"Hay un rango de tumores bastante amplio en los cuales esta cascada molecular, conocida como vía Hedgehog, juega un papel importante", dijo Philip Beachy, de Stanford, quien trabajó en el estudio, en un comunicado.
"La ventaja de analizar medicamentos existentes es que ya tienes toda la información sobre dosis y toxicidad y puedes avanzar hacia ensayos clínicos fácilmente", agregó.
Los expertos analizaron 2.400 medicamentos diferentes en una llamada biblioteca de medicinas que habían sido testeadas en personas o ya habían sido aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, observando el mecanismo de acción. El menos tóxico fue el itraconazol.
"Itraconazol ha sido estudiado por casi 25 años y por ello tenemos un buen conocimiento de su seguridad y potenciales efectos secundarios", escribieron los investigadores.
Realizaron ensayos en ratones y encontraron que una solución oral del itraconazol redujo significativamente el crecimiento de tumores inyectados bajo la piel. Los ratones que no recibieron el tratamiento desarrollaron tumores gigantes durante el mismo período y fueron sacrificados.
Hacer pruebas en ratones de esta manera difiere mucho del desarrollo del cáncer en las personas, pero el medicamento debería ser probado en pacientes con la enfermedad, dijeron los especialistas.
"Sería posible con dos compuestos conseguir un bloqueamiento más potente aún con menores concentraciones de medicamento", dijo Beachy. "Si eso fuera así, es posible que haya una población de pacientes que podrían ser tratados relativamente pronto", agregó.
Se calcula que unas 18 millones de personas en el mundo son portadoras del Mal de Chagas, una enfermedad infecciosa generalmente crónica, causada por el parásito Trypanosoma cruzi. Y de acuerdo a los investigadores, la enfermedad coloca al paciente bajo un creciente riesgo de apoplejía debido a la presencia de complicaciones cardíacas y coágulos sanguíneos.
Según el doctor del Hospital Virgen de
Para los especialistas, los pacientes con derrame cerebral provenientes de países latinoamericanos, donde el Mal de Chagas es una enfermedad endémica, deberían ser sometidos a revisión médica para descartar dicha infección que además aumenta el riesgo de sufrir apoplejías.
Según los científicos, se necesitan estudios clínicos", para evaluar si los anticoagulantes podrían ayudar a prevenir los derrames cerebrales en los pacientes con Mal de Chagas.
Cansancio ocular, enrojecimiento del ojo, sensación de cuerpo extraño o arenilla, visión borrosa y ardor, son algunos de los síntomas de la patología ocular más frecuente en el mundo: el síndrome de disfunción lagrimal también conocido como síndrome del ojo seco, que se produce por un desequilibrio en la humectación de las estructuras del globo ocular, llegando a provocar dolor en el ojo y disminución de la agudeza visual.
La oftalmóloga Claudia Pacillo, explicó que esta afección puede deberse a factores como por ejemplo, en nuestro ambiente de trabajo, el uso prolongado del computador, el aire acondicionado, los ventiladores, las luces de neón, el uso de lentes de contacto blandos, lapsos de lectura muy prolongados, alergias, cirugías oculares con uso de láser, ciertas medicinas como antidepresivos, tratamientos contra el acné, diuréticos, quimioterapia y radioterapia, entre otros.
La doctora Pacillo aseguró que el frío, los ambientes secos y las luces artificiales, presentes en algunas oficinas, son también factores que ocasionan síntomas como cansancio, enrojecimiento e irritación de los ojos que pueden convertirse, de no tratarse correctamente, en un problema más severo.
El tratamiento para esta patología es a largo plazo, no es curativo sino paliativo, y debe individualizarse según la sintomatología de cada paciente y la severidad de la afección aclaró la oftalmóloga.
Asimismo, comentó que cuando el problema es leve, se puede tratar con sustitutos lagrimales en gotas o en gel, pero cuando se trata de casos severos, se debe combinar dicha terapia con la administración de antiinflamatorios no esteroideos, y otros medicamentos, dado que la afección puede llegar a ser un problema de difícil solución.
Además de prevenir, Pacillo explicó que lo ideal es minimizar los factores que generan o empeoran la condición del paciente en su ambiente de trabajo, como el uso extendido del computador, exposición prolongada a ambientes secos o con aires acondicionados, lecturas extensas sin descanso y permanecer en lugares cerrados con humo o contaminados.
¿Tiene adicción al cigarrillo y no puede dejarlo? Sus genes serían parcialmente responsables de eso, según tres estudios publicados en Nature Genetics que asociaron ciertas variaciones genéticas con el hábito de fumar y con el aumento del riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
Los tres equipos analizaron los perfiles del ADN de más de 140.000 fumadores y no fumadores. Estudiaron también si las variaciones genéticas influirían en el inicio de la adicción, la cantidad de cigarrillos consumidos y la posibilidad de dejar de fumar.
Los autores de un estudio hallaron que una variación en una letra del código genético del cromosoma 11 estaba asociada con el inicio del tabaquismo y que otra modificación en el cromosoma 9 lo estaba con la voluntad de abandonarlo. Un ser humano posee 23 pares de cromosomas.
"Eso respalda la idea de que fumar no es sólo cuestión de voluntad, sino que la genética influye en cuánto fuma una persona y en su capacidad de abandonar la adicción", dijo a Reuters Health la doctora Helena Furberg, de la University of North Carolina, en Chapel Hill.
"Esperamos que nuestros resultados allanen el camino para lograr mejores tratamientos para dejar de fumar", dijo. Pero destacó que se necesitan más estudios antes de que esos hallazgos se traduzcan en beneficios para la población.
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